¨Yo soy inadecuado e incapaz de manejar la vida por mí mismo¨. Si bien este supuesto pasa por la cabeza de muchos sin dejar más huella, para otros llega a convertirse en una creencia nuclear que condiciona toda su existencia. Así, determinadas personas pueden orientar sus vidas hacia la búsqueda de atención y aprobación por parte de los demás, asegurándose de que otros cuidarán de ellos y se encargarán de satisfacer sus necesidades. Una labor que a la larga puede acabar potenciando el desarrollo de una imagen personal distorsionada y confusa.
Factores de riesgo para su desarrollo
La personalidad histriónica suele evidenciarse en la adolescencia y se observa con más frecuencia en mujeres que en hombres. Entre los principales factores de riesgo para su desarrollo destacan los genéticos, la ausencia parental, el maltrato psicológico, el estilo educacional (demasiado permisivo) y haberse visto recompensado principalmente por el atractivo físico. Con el tiempo la interacción de estas variables puede dar lugar a la aparición de personalidades egocéntricas, vanidosas y dependientes que buscan por encima de todo ser el centro de atención.
Principales características de la personalidad histriónica
Desde el punto de vista de estas personas, la principal función de los demás consiste en admirarles y es esta admiración la que determina su valor personal. A menudo causan una buena primera impresión que no tarda en desvanecerse en cuanto se ven obligados a mantener una conversación más profunda. Suelen expresar sus opiniones superficiales en un tono de voz elevado, y ¨enriquecer¨ las historias que cuentan con elementos inventados e inverosímiles. Así, es frecuente que presuman de logros increíbles y habilidades envidiables o de tener contactos muy importantes.
Aunque el poseedor de la personalidad histriónica suele preocuparse sobre todo por sus propios derechos e intereses, puede fingir interés por las actividades de los demás o adoptar su opinión con tal de lograr su aprobación. El comportamiento seductor y el atractivo físico son buenos aliados a la hora de conseguir la atención ansiada, al igual que su forma de vestir provocativa, psicodélica o directamente inapropiada. Sentirse protagonistas, en definitiva, les permite alimentar momentáneamente su autoestima baja y su necesidad de afecto.
Sin embargo, tienden a exagerar la importancia del interés conseguido y acaban creyendo que son más importantes para el otro de lo que realmente son. De este modo pueden demandar cosas a gente a la que acaban de conocer o mostrarse más afectuosos de la cuenta. No obstante, les cuesta establecer relaciones profundas y acaban teniendo un círculo de conocidos amplio, sin llegar a intimar emocionalmente. En el fondo sienten un temor intenso a verse rechazados, incluso por personas con las que mantienen un contacto mínimo.
Se perciben a sí mismos como amistosos y encantadores, sin embargo pueden mostrarse envidiosos con la gente que consideran que brilla por encima de ellos y tienden a adoptar el papel de víctima si sienten que no acaparan suficiente atención. Así, no es raro que empleen su conducta teatral y sus reacciones emocionales desproporcionadas para manipular a los demás y obtener beneficios. De este modo, pueden fingir desmayos, crisis emocionales, amenazar con suicidarse o flirtear con otras personas para llamar la atención de su pareja.
¿Por qué es recomendable acudir al psicólogo?
Como es de imaginar, todo esto tiene un impacto negativo en su calidad de vida y en la de sus personas cercanas. Así, son frecuentes los sentimientos de ansiedad, síntomas depresivos y resentimiento, sobre todo si no consiguen la atención deseada. Les cuesta tolerar la frustración y el aburrimiento, y tienden a reprimir los recuerdos o sentimientos que les producen malestar. Además, se muestran resistentes a admitir que poseen las características del trastorno y el motivo más frecuente de consulta suele ser la pérdida de alguna relación.
Y en cuanto al tratamiento, parece que la terapia de pareja puede resultar muy útil, al igual que el entrenamiento en habilidades sociales y en resolución de problemas. También son recomendables las actuaciones dirigidas a mejorar la autoestima, a adquirir un mejor control de impulsos y potenciar la identidad. Y por último, nos gustaría insistir en la importancia de acudir a un profesional cualificado para asegurar el correcto abordaje y manejo de una problemática tan compleja como es el trastorno histriónico de la personalidad.